Solo queremos que este año nos traiga las mismas felicidades trabajadas que el anterior, que nuestro esfuerzo y ganas de aprender, ilusionarnos y contagiar no decaiga, y que tengamos la habilidad de ver un corazón en las nubes.
Porque las cosas de verdad, las cosas de siempre, las de todos los días, como las lágrimas, las sonrisas, los gritos de algarabía de l@s niñ@s, el color cambiante del mar y las vacas pastando en el monte, siguen estando ahí.
Nuestro propósito para este año es que no haya propósitos que se olvidan el 10 de enero, cada día es un propósito, cada día tenemos la oportunidad de vivir de una forma diferente, y que nos haga felices.
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Chismorrea que eso vende